El bosque del Guaviare libera más CO₂ de lo que captura: una señal sobre su papel climático

Por : Instituto SINCHI

Fecha: 24 Octubre 2025

Boletín: 059-2025

Bogotá, 24 de octubre de 2025. El Instituto de Investigaciones Científicas SINCHI identificó, a través de su sistema de monitoreo Eddy Covariance, que el bosque amazónico del Guaviare liberó más dióxido de carbono (CO₂) del que capturó durante la temporada de lluvias (julio, agosto y septiembre) de 2024 y 2025.

Este comportamiento evidencia una pérdida del servicio ecosistémico de regulación climática, lo que podría aumentar el riesgo de calentamiento local y regional.

La torre Eddy Covariance del Instituto SINCHI, instalada en el municipio de El Retorno (Guaviare), mide en tiempo real los flujos de CO₂, vapor de agua y energía entre el bosque y la atmósfera. Este sistema registra los pequeños remolinos de aire sobre el bosque y permite saber si el ecosistema actúa como sumidero de carbono (cuando captura CO₂) o como fuente (cuando lo libera).

Durante el periodo analizado, el ecosistema mostró un incremento sostenido en la liberación de CO₂. En 2024 se registraron valores de 371 gramos de carbono por metro cuadrado por hora en julio, 439 en agosto y 318 en septiembre. En 2025, estas cifras aumentaron a 550, 630 y 576 gramos, respectivamente.

Estos resultados indican que el bosque puede dejar de funcionar como sistema de captura y, por el contrario, aportó CO₂ a la atmósfera, lo que representa una advertencia sobre su deterioro funcional. De mantenerse este patrón, se perdería una parte importante de su capacidad para regular el clima y almacenar carbono.

“Este monitoreo nos permite ver cómo respira el bosque; cómo el flujo de CO₂ —ese gas asociado a la quema de combustibles fósiles— pasa a la atmósfera o se retiene en los árboles. También nos muestra algo fundamental: el papel del bosque en el ciclo del agua. Sin estos bosques amazónicos, no tendríamos agua en los Andes”, explicó Camilo Alvarado, investigador del Instituto SINCHI.

Según los análisis del Instituto SINCHI, este comportamiento podría estar relacionado con factores como el estrés hídrico, la degradación o la exposición al fuego, que reducen la capacidad de los ecosistemas para absorber carbono. Por ello, se recomienda fortalecer las acciones de manejo, restauración y protección de la cobertura forestal.

En cuanto al vapor de agua, los datos muestran que la evapotranspiración —el proceso mediante el cual el bosque libera agua al aire— disminuyó notablemente en 2025 frente a 2024. En el primer año se registraron valores promedio de 7,06 mm/día en julio, 14,12 en agosto y 10,59 en septiembre; mientras que en 2025 las cifras fueron de 3,46, 3,48 y 3,76 mm/día, respectivamente.

Esta diferencia se explica por las condiciones más húmedas del ambiente en 2025. Cuando el aire tiene mayor contenido de vapor y menor déficit de presión (VPD), las plantas transpiran menos y el suelo evapora menos agua. En cambio, en 2024 —un año más seco y caluroso— el aire estuvo más “sediento”, lo que elevó la evapotranspiración.

El balance entre humedad, temperatura y lluvias determina la capacidad del bosque para liberar vapor, elemento fundamental de los llamados “ríos voladores”: corrientes de humedad que transportan agua desde la Amazonia hacia los Andes y otras regiones del país, ayudando a formar nubes, recargar humedales y mantener el ciclo hídrico.

Por eso, cuidar los bosques es también cuidar el agua. El monitoreo permanente del Instituto SINCHI permite comprender cómo los ecosistemas amazónicos regulan el clima y el agua, y genera información científica clave para orientar las decisiones de conservación, manejo y restauración en la región.

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