San José del Guaviare es más que un punto en el mapa. Es un territorio donde la biodiversidad no solo se contempla, también se habita, se investiga y se protege. Desde marzo de 2025 y hasta febrero de 2026, la sede del Instituto SINCHI alberga en esta ciudad la exposición BIOFILIA, una invitación a mirar con otros ojos, a conectar con la naturaleza desde el asombro y a reconocer la vida que habita en el territorio y en quienes lo cuidan.
Aunque la muestra ha estado abierta al público desde entonces, hace pocos días se celebró su lanzamiento oficial: un momento especial que convocó a la directora del Instituto, autoridades, comunidad y medios de comunicación, convirtiendo la exposición en un espacio de encuentro, palabra y reconocimiento.
Al entrar a la exposición, lo primero que llama la atención son los paneles de madera que se elevan en el centro del espacio. Sostienen transparencias con fotografías y textos que invitan a una lectura pausada, sin premura. A su alrededor, la luz que se filtra por las ventanas ilumina suavemente los muros y crea una atmósfera serena, propicia para la contemplación.
Aunque todo sugiere ir despacio, es una pantalla la que marca el verdadero comienzo del recorrido. En ella, se proyecta una pieza audiovisual narrada por una mujer que camina, observa y se detiene. Su voz, serena y reflexiva, acompaña imágenes que invitan a mirar el entorno con otros ojos: sin prisa y desde una atención plena.
A medida que la experiencia avanza, la exposición mantiene un ritmo envolvente. BIOFILIA no busca impresionar con exceso de información ni saturar los sentidos. Su propuesta es otra: invitar a una exploración tranquila, donde cada espacio revela una faceta distinta de la vida en la Amazonia y de las múltiples formas de habitarla, comprenderla y cuidarla.
En uno de los espacios, una vitrina representa el fenómeno de los ríos voladores: una interacción entre el sistema oceánico del Atlántico y los bosques amazónicos que permite el transporte de humedad, asegurando precipitaciones que mantienen la diversidad de sus paisajes y los colores de sus aguas. Más adelante, se desarrolla el concepto de cadenas de valor, un proceso colaborativo en el que distintos actores se articulan para transformar materias primas en un producto final, generar beneficios compartidos y fortalecer la economía local a través de prácticas sostenibles.
En otro punto del recorrido, el espacio se detiene en los pigmentos, una fascinante crónica de evolución y conexión entre los seres vivos, que dota a la naturaleza de colores esenciales para la adaptación y la supervivencia. Luego, los tejidos elaborados con fibras naturales y los recipientes trenzados con bejucos revelan cómo las tecnologías ancestrales han sido fundamentales para la vida cotidiana y la reproducción cultural en la Amazonia. Y en un rincón especial, la xiloteca —una colección de muestras de madera cuidadosamente clasificadas— permite explorar la diversidad forestal desde otra perspectiva: la del detalle, la textura, el olor y la memoria del bosque.
El evento de lanzamiento reafirmó este sentido colectivo y transformador de la exposición. La directora del Instituto SINCHI, Luz Marina Mantilla, resaltó que BIOFILIA representa una apuesta decidida por la democratización del conocimiento, pues no basta con producir ciencia, también es necesario compartirla, traducirla y hacerla útil para quienes habitan los territorios y toman decisiones desde su vida cotidiana. Por su parte, el alcalde de San José del Guaviare, Willy Alejandro Rodríguez Rojas, celebró la llegada de la muestra y subrayó su valor como un viaje por la biodiversidad y los saberes científicos. Para él, esta riqueza natural no solo es motivo de alegría y armonía, sino también un llamado urgente a la conservación.
La participación de la comunidad fue amplia y diversa. El auditorio y la exposición se llenaron de voces, miradas y reflexiones. En ese momento, BIOFILIA dejó de ser solo una muestra y se transformó en una conversación viva.
Esa misma conversación fue guiada, en gran parte, por Laura Zuly Velandia y Jennifer Valbuena, dos jóvenes investigadoras que acompañaron los recorridos y dialogaron con los visitantes. Su presencia aportó una mirada cercana y arraigada al territorio, clave para tejer puentes entre los contenidos de la exposición y las experiencias locales.
Así, BIOFILIA es una exposición que conecta saberes, ciencia y comunidades. No busca imponer un discurso, sino abrir espacios de encuentro y reflexiones. En San José del Guaviare, la muestra cobra un sentido profundo: convertirse en un lugar para relacionarse con la naturaleza y fortalecer el compromiso colectivo con su cuidado.