Este proyecto, con apoyo de la Unión Europea, es el primero que se empieza a ejecutar en el Meta, en virtud de la implementación de los acuerdos de paz. 3.200 familias, campesinas involucradas.
Una de las pocas personas en creer que había futuro en el Meta, justo cuando la guerra parecía más intensa y cuando nadie quería saber del campo y abundaban los desplazados, fue Cielo Olave, una bogotana que se casó en la capital de la República y decidió hacer su vida en Mesetas. Por ese entonces, el municipio tenía aún el estigma de haber sido escenario de la zona de distensión para los frustrados diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc.
En verdad, fue su esposo quien la convenció de trabajar en las zonas rurales del Meta, tras persuadirla de que, a pesar de todo, se vive mejor en el campo que en la ciudad. A sus 24 años, esta joven mira el pasado y tiene la sensación de que, aunque fue una decisión difícil en ese momento, en el fondo sabía que las cosas tenían que mejorar tarde o temprano. (Puede leer: "Cartas por la reconciliación: de las armas a las palabras")
Hoy es una de las líderes de la Red Nacional de Jóvenes Rurales en el Meta y preside la Asociación de Familias Productoras de Café de Mesetas (Faprocafem), que integra 50 socios, la mayoría de los cuales están entre los 14 y 28 años de edad y cultivan un grano de excelente calidad en el piedemonte llanero...
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