Yulli Fonseca Pérez
Carlos Alberto Moreno
Jaime Alberto Barrera García
Libro
2019
978-958-5427-15-0
4 tintas
172
La caracterización y la tipificación surgen como herramientas metodológicas dentro del enfoque sistémico, ante la necesidad de identificar y analizar las características técnicas y socioeconómicas de los productores agropecuarios (Mantilla, Argüello y Méndez, 2000). Según Bolaños (1999), la caracterización no es más que la descripción de las características principales y las múltiples interrelaciones de las organizaciones, en tanto la tipificación se refiere al establecimiento y construcción de grupos posibles basados en las características observadas en la realidad. Así, la tipificación de los sistemas productivos ofrece varios resultados principales o directos: la organización conceptual de la diversidad existente en agricultura campesina, la determinación de dominios de recomendación y un listado de unidades de producción representativas y de poblaciones de las que es posible hacer inferencias de resultados (Escobar y Berdegue, 1990).
La caracterización, tipificación y análisis de los sistemas de producción constituyen unas herramientas esenciales para conocer la distribución espacial de estos sistemas productivos, para determinar y cuantificar las características de los componentes que conforman su estructura y para entender las interacciones que definen su funcionamiento. Una adecuada clasificación de los sistemas productivos puede apoyar el diseño de políticas agropecuarias para una zona (Landín, 1990), facilitar la definición de políticas de transferencia tecnológica (Suarez y Escobar, 1990; Álvarez y Paz, 1998) y ayudar al conocimiento de la dinámica de desarrollo de una región o al diseño y gestión de proyectos de desarrollo (Berdegué, Sotomayor y Zilleruelo, 1990). Esta información es un insumo básico para la planificación, ejecución y seguimiento de los proyectos de generación, transferencia de tecnología, capacitación y asistencia técnica (Romero, 1994; Suárez, 1996).
Los sistemas de producción agropecuaria enfrentan tradicionalmente diversos problemas por la falta de nuevas herramientas de planificación y control; la falta de estructura organizacional de los factores de producción debería concebirse en función de los objetivos que persigue cada productor. La integración de estos factores debería posibilitar la sostenibilidad de estos sistemas productivos bajo criterios económicos, técnicos, sociales y ambientales, con el fin de que se puedan tomar decisiones administrativas empresariales (Aguilera, Bruna, Brzonic y Cerda, 2003). La eficiencia de los sistemas de producción agropecuaria depende, en gran parte, de la interacción entre estos factores ecológicos, económicos, sociales, técnicos y políticos. Sin embargo, estos sistemas productivos deberán emprender cambios metodológicos y de organización para sobrevivir y crecer en un medio cada vez más exigente en la búsqueda del equilibrio dinámico entre dos grandes principios de la sociedad y la economía, como son la sostenibilidad y la competitividad (Ríos, 2009).
En el informe de la Conferencia de Río se definió la agricultura sostenible como un modelo de organización social y económica basado en una visión equitativa y participativa del desarrollo, que es ecológicamente segura, económicamente viable, socialmente justa y culturalmente apropiada (Goodland et al., 1994). La caracterización y tipificación de los predios en el área de trabajo definida para el presente proyecto genera información valiosa en lo que respecta a la investigación sobre el comportamiento y evolución del sector agropecuario en las áreas del departamento del Guaviare, sirviendo como insumo para el establecimiento de futuros proyectos productivos que permitan incorporar prácticas eficientes y sostenibles en el uso del suelo, el agua y los ecosistemas, así como servir de base para el desarrollo de políticas agropecuarias y sociales en estas zonas por parte de las distintas instituciones gubernamentales.
Riechmann (2003) reporta que para lograr la sostenibilidad ambiental es imprescindible que las tasas de explotación de los recursos renovables sean iguales a las tasas de regeneración de estos recursos. Las tasas de emisión de residuos deben ser iguales a la capacidad natural de asimilación de los ecosistemas en los que se emiten esos residuos (lo cual implica emisión cero de residuos no biodegradables). Además, deben ser impulsadas las tecnologías que minimicen el uso de insumos no renovables (Rigby, Woodhouse, Young y Burton, 2001; Dixon, Gulliver y Gibbon, 2001) y aumenten la productividad de los recursos frente a las tecnologías que incrementan la cantidad extraída de los mismos. Por lo tanto, es imprescindible diversificar los sistemas de producción del departamento del Guaviare, especialmente en lo que respecta al límite de la reserva campesina y forestal, con el fin de mantener la seguridad alimentaria de los integrantes de la familia y a su vez emprender acciones para conservar y rehabilitar los agroecosistemas, proteger las fuentes de agua, almacenarla para tener disponibilidad constante, mantener la cobertura y así poder hacer una adecuada planeación de la producción en las unidades productivas, con base en la demanda del mercado.
La información obtenida permitió consolidar y estructurar la caracterización, tipificación y la propuesta de la línea base de los indicadores de sostenibilidad de los sistemas productivos en el área del proyecto en los municipios de San José del Guaviare y Calamar en el departamento del Guaviare.
Este ejercicio ha contribuido a retomar la discusión sobre la necesidad de la planificación predial en un departamento con tantas complejidades en su ordenamiento territorial como lo es el del Guaviare. El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi es un referente local en el uso de diagnósticos rurales y la caracterización de predios que contribuye a la construcción participativa de modelos productivos a los productores agropecuarios del departamento; este trabajo reúne elementos que van a servir como punta de lanza para estructurar la forma de consolidar y proponer modelos ajustados al contexto ambiental, social y productivo del territorio, unificando criterios como la inclusión de los productores en su construcción, el empoderamiento, el desarrollo sostenible de la región y la generación de un impacto económico positivo que contribuya a la consolidación de sistemas productivos sostenibles, la generación de ingresos, el empleo decente y la permanencia de los jóvenes en el sector rural.
Este proceso parte de un gran esfuerzo por consolidar y organizar la productividad del departamento del Guaviare y marca la hoja de
ruta para que los proyectos e intervenciones que se realicen en adelante en el sector rural del mismo tengan una orientación clara hacia el respeto innegociable por la riqueza ambiental de este departamento amazónico y la exigencia de adaptación a dicha condición que deben tener los sistemas productivos establecidos y por establecer en el territorio.
Tal y como se aprecia en el Manual para el diseño de planes integrales (Olivares, Smith, Zenteno y Fernández, 2009): “Las personas tienden a pensar que la naturaleza y la vida silvestre importante de conservar sólo están en los Parques o Reservas Nacionales, y que eso solo es tarea del Estado. Sin embargo, paulatinamente los gobiernos y el mundo de la conservación han entendido que conservar o cuidar la vida silvestre solo en áreas protegidas no impide que ciertas especies se extingan o desaparezcan. Las áreas protegidas no son islas independientes del entorno, pues a ellas ingresan diversas especies que provienen de su exterior, como también muchas otras especies emigran hacia otras zonas. Su sobrevivencia solo será posible si no mueren mientras se mueven fuera de los parques o reservas, ya sea siendo cazadas, no cuenten con refugios y alimentos o no encuentren a su par para reproducirse, entre otras consideraciones. La conservación no siempre implica poner un candado a los predios ni crear un área protegida en él”.