Esta actualización del indicador mostró resultados alarmantes para las cuencas de Putumayo y Amazonas. Se evidenció un fuerte impacto negativo de la pesca en el río Amazonas que pasó de 33% en 2000 a 62% en 2010, lo que lo ubica en la categoría de alta afectación del recurso. Mientras que en la cuenca del Putumayo, los valores han pasado de 31 a 49% que deja al recurso en el mismo grado de afectación que el Amazonas (Figura 37).
Al revisar las distintas actualizaciones del indicador se observó un crecimiento hacia un 50% de calificación negativa del indicador para el río Putumayo; mientras que el río Amazonas las fluctuaciones que se presentan ya han superado ese 50% (Figura 38). Es importante recordar que la agregación de las diferentes especies está generando este alto valor global para cada región y sobre ellas depende, bien la selectividad de las artes o bien el momento en que se aplican con base en el régimen hidrológico de los ríos.
Sobre esta actualización, se pudieron analizar 8 especies de bagres en el río Putumayo y 9 especies para el Amazonas. En ambos casos fueron los pintadillos (Pseudoplatystoma spp.), las especies que contribuyeron a incrementar las alarmas en el indicador en la medida que son un recurso de alta comercialización, para el cual, no hay respeto de los usuarios sobre la talla de captura reglamentada (Figura 39 y Figura 40).
Es de anotar que Calophysus macropterus (simí) es una especie que se viene consolidando en el comercio nacional de bagres, con incrementos anuales desde 1998. Su alta demanda en el mercado interno (como reemplazo del capaz del Magdalena), ha derivado en una mayor extracción y por ende una evolución negativa del indicador de tallas para el período evaluado para ambas regiones. Lo mismo está ocurriendo con Pinirampus pirinampu (barbachato), especie de tamaño similar a Simí, sobre la cual también se incrementó el impacto negativo, al aumentar el número de individuos capturados por debajo de la talla reglamentaria.
Con la presente actualización del indicador sobre tallas, se puede concluir y reiterar que ante la importancia socioeconómica de los peces y la pesca en la Amazonia, los procesos inmediatos de ordenación de la pesca deben propender por un ajuste consensuado de las tallas de captura permitidas, en conjunto con la precisión de las artes que pueden ser utilizadas en la pesca. Además se debe sumar una eficiente participación y sensibilización de las autoridades pesqueras sobre éste problema, para que se logre una disminución sentida del negativo impacto que ya causan sobre los peces las actuales metodologías de captura en la región amazónica colombiana.