Componentes



Flora: Durante la expedición se recolectaron especímenes botánicos conocidos como vouchers, esenciales para identificar con precisión las especies presentes y validar científicamente su existencia en la región. Estas muestras constituyen la única evidencia tangible de la presencia de una especie y permiten realizar comparaciones históricas en futuros estudios. Así, las colecciones biológicas se consolidan como archivos vivos de la diversidad natural y son fundamentales para la investigación científica y la evaluación de la biodiversidad.



 


Fauna - vertebrados: Las evaluaciones de biodiversidad pueden realizarse a través de tres enfoques principales: inventarios, censos y monitoreos. Cada uno responde a preguntas específicas, con metodologías, niveles de precisión y márgenes de error particulares.

En el contexto de esta expedición, se llevaron a cabo inventarios biológicos, cuyo objetivo es identificar la riqueza de especies presentes en un área determinada. El resultado es una lista de especies obtenida mediante diversos métodos: observación directa, registros fotográficos -comúnmente utilizados para aves y mamíferos medianos o grandes-, y la recolección de ejemplares (vouchers) para su depósito en colecciones biológicas. Estos últimos son fundamentales para estudios taxonómicos y sistemáticos, especialmente en grupos como anfibios, reptiles y pequeños mamíferos. En el caso de las aves, también puede ser necesaria la colecta de especímenes en grupos con incertidumbres taxonómicas.

Los datos generados pueden ser cualitativos (presencia-ausencia) o semi-cuantitativos, permitiendo clasificar a las especies por categorías ecológicas o niveles de abundancia. Este tipo de evaluación resulta especialmente útil cuando se cuenta con un tiempo limitado, ya que los censos y monitoreos requieren esfuerzos prolongados.

Conocer la diversidad de vertebrados asociados a los ecosistemas boscosos y acuáticos del límite norte del departamento del Guaviare -una zona de transición ecológica entre la Orinoquia y la Amazonia- constituye una línea base clave para futuros procesos de restauración, manejo y conservación. Además, estos hallazgos fortalecen el conocimiento local y aportan insumos para el diseño de rutas de turismo de naturaleza basadas en la biodiversidad.


Recursos hidrobiológicos: Los peces son el grupo de vertebrados más antiguo y numeroso del planeta, con aproximadamente 36.552 especies descritas, la mayoría de estas, presentes en aguas tropicales. De acuerdo con el último listado de peces de agua dulce de Colombia, la cuenca de la Orinoquía alberga una alta riqueza de especies con 722 especies, de las cuales los órdenes Characiformes, Siluriformes, Perciformes y Gymnotiformes aportan la mayor representatividad.  La expedición aporta datos esenciales sobre un grupo taxonómico poco estudiado, fundamentales para su conservación y el manejo sostenible de los ecosistemas acuáticos.


Microalgas acuáticas: A pesar de la condición oligotrófica (bajas en nutrientes) de los sistemas acuáticos del Guaviare, las microalgas presentan una notable diversidad, en especial cianobacterias filamentosas, desmidias y diatomeas. Este sector del Escudo Guayanés es reconocido como un centro de especiación y endemismo para estos grupos microscópicos. Su estudio es clave para comprender la calidad del agua y los procesos ecológicos, en especial frente a los desafíos del cambio climático y la deforestación.



Macroinvertebrados acuáticos: Este grupo diverso -que incluye insectos, moluscos, crustáceos y otros invertebrados- es fundamental para el equilibrio ecológico de ríos, lagos y humedales. Su presencia está estrechamente relacionada con la vegetación ribereña, la calidad del agua y el estado de conservación de los ecosistemas. Además, representan una herramienta poderosa para el monitoreo ambiental y ofrecen oportunidades para la apropiación social del conocimiento a través de estrategias como la ciencia ciudadana.


Bacterioplancton en agua: Los microorganismos del bacterioplancton, especialmente procariotas heterotróficos, cumplen funciones esenciales en los ecosistemas acuáticos: descomponen materia orgánica, reciclan nutrientes y transfieren energía a otros niveles tróficos. Analizar su estructura y dinámica permite comprender mejor el funcionamiento de estos ecosistemas y sus respuestas ante cambios ambientales, siendo clave en contextos de variabilidad climática.


Suelos: El suelo es uno de los ecosistemas más complejos y biodiversos del planeta, aunque sus estudios han estado centrados principalmente en aspectos físicos y químicos. La macrofauna del suelo -como lombrices, termitas y hormigas- desempeña funciones vitales: descomposición, regulación hídrica, almacenamiento de carbono y recuperación ecológica. Estos organismos, conocidos como “ingenieros del ecosistema”, son claves para mantener la salud del suelo, aunque su biodiversidad sigue siendo poco conocida en regiones como la cuenca del Guayabero. Generar información sobre estos componentes es crucial para la conservación y el uso sostenible del territorio.



 

Expedición BIO, Sistema Lagunar Guayavero-Guaviare

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