EN COMUNIDAD Y PARA EL BIENESTAR DE TODOS: LAS PLATAFORMAS DE INNOVACIÓN QUE LIDERA CAQUETÁ

Por : Instituto SINCHI

Fecha: 21 Noviembre 2022

21 de noviembre de 2022. Caquetá, Colombia. Lo invaluable. Hacer comunidad, sentir el aire fresco a la sombra, compartir un sueño con un hermano y encontrar en un fruto de la tierra en la que se nació, un uso infinito en el que antes nadie creyó. Para Iván Baquero, líder de la Asociación de Copoazú de Belén de los Andaquíes (ACBA), el pensar en los próximos cinco años de su cultivo de copoazú, le enciende una luz en sus ojos y le infla el pecho mientras imagina el suelo recuperado que los árboles le podrán dar a él, a su familia y a su comunidad en la vereda “La Mono”. Animado por una conversación con sus socios y el grupo de científicos ABRIGUE a quienes invitó a recorrer su planta de procesamiento de copoazú, Iván buscó la respuesta más acertada para explicar su interés en trabajar como asociación. Rodeado por quienes acompañan su proyecto, se refirió a ellos como golondrinas: “una sola no hace llover”.

Con el rechazo inmediato de su padre y una herencia ganadera distante que se rehúsa a ver el avance, los hermanos Baquero, Iván y Ferney, han hecho de lo que sería un sólo camino en el campo, la posibilidad de pensar en más de dos. Cuando se ríe, pareciera no encontrar las palabras adecuadas para explicarnos lo difícil que ha sido convencer a su papá de reconocer las oportunidades que el theobroma grandiflorum (Copoazú) representa: “él no echa el brazo a torcer”. Si bien el camino de hacer asociación no le resulta fácil, el guiar a su padre en la transición agroforestal de su finca llena de reses, parece superar toda hazaña que hasta ahora se haya encontrado en la producción del fruto amazónico.

Restaurar el suelo, la vida y los procesos

La tierra de la resiliencia y los árboles con los que muchos le han apostado al cambio de la coca por el cacao, la canangucha y el copoazú, han gestado un entorno en el que los agricultores responden con gran interés a la posibilidad de hacer de los conocimientos un intercambio, una herencia y una recuperación tangible de la calidad de vida, “una oportunidad”, como destacó Deisy Bermeo, “en lo económico, lo familiar y lo ambiental”. Para ella, líder de la Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y el Caquetá (ASMUCOCA), la resignificación del acrónimo que da nombre a su trabajo y el de otras 22 mujeres canangucheras, significa poder “reconocer las capacidades, el ingenio y el esfuerzo, más allá de lo que tradicionalmente se nos ha enseñado”. De pie frente a un gran grupo de hombres y con micrófono en mano, durante el Taller Regional de Innovación celebrado Florencia entre los productores de las cadenas de cacao-copoazú, productos no maderables del bosque (PNMB) y lácteos, y las instituciones locales de los sectores ambiente, agricultura, ciencia y tecnología, aseguró que “no es sólo un aprovechamiento responsable de lo que brinda la tierra, es descubrir de qué más somos capaces a nivel asociativo, en nuestras casas, para nuestras familias”.

Rodeados de las mujeres, hombres y niños con quienes restauran un pedazo del extenso bosque mutilado por la tala de árboles, Iván y Deisy lideraron la creación de las dos primeras Plataformas de Innovación del Caquetá. Reunidos alrededor de un decágono, cada uno con su comunidad en la “La Mono” y “La Montañita” respectivamente, extendieron un hilo verde, rojo y otro azul, para encontrar en valores de 0 a 100, el nivel en el que su proceso de transición agroecológica se encontraba a partir de los 10 elementos de evaluación que la Herramienta TAPE señala. Reciclaje, cultura y tradiciones alimentarias, gobernanza responsable, co-creación e intercambio de conocimientos, diversidad y economía circular y solidaria, fueron algunos de los encuentros en la conversación. Con risas, entre asombros y haciendo referencias a comportamientos encontradas en sus quehaceres habituales, los participantes reconocieron el punto de partida para el proceso que, desde la Unión Europea, el Instituto SINCHI, AGROSAVIA, CIRAD, MinCiencias y la Universidad Tecnológica del Chocó, y a través de la formulación de estrategias de transición en bioeconomía con bases agroecológicas, se implementará en sus fincas.

Las capacidades reconocidas por los campesinos y las plataformas multiactor para el co-diseño de innovaciones desarrolladas desde ABRIGUE, hacen del piedemonte caqueteño el espacio adecuado para la implementación de un modelo de productividad, transformación y comercialización, que atienda con mayor efectividad a los intereses particulares que desde los territorios convocan a la articulación de saberes tradicionales y del acervo científico. Las generaciones reunidas, hijos, padres y abuelos, coincidieron al enlistar el mejoramiento de la productividad y el ingreso, el empleo verde, la inclusión, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, y la restauración de ecosistemas, dentro de los temas por consolidar en los futuros talleres que se desarrollarán en el marco de las plataformas “Sabores de La Mono” y “Cananguchitas”. “El máximo impacto de ABRIGUE, y hacia dónde se dirigen todos los esfuerzos, es a mejorar la calidad de vida y la capacidad de adaptación al cambio climático de comunidades rurales por medio del desarrollo e implementación de agroecología y bioeconomía circular. Buscamos disminuir emisiones de gases efecto invernadero (GEI) y contribuir al cumplimiento de las metas NDC de Colombia”, señaló Carlos Hernando Rodríguez, Coordinador del Proyecto ABRIGUE.

Pero cómo iniciar una transición hacia mejores prácticas agrícolas siendo un trabajo particular según las personas que lo realizan, las condiciones de las fincas y las dinámicas de cada asociación. Como explicó Jimena Valero, investigadora del Instituto SINCHI y miembro del equipo técnico ABRIGUE, “En los lugares icónicos, nos encontramos. Hablamos de nuestros hijos, de lo que hacemos ante una sequía, de lo que utilizamos para aliviarnos cuando nos enfermamos, de porqué nos gusta reunirnos con los vecinos. Con un juego de pistas y reflexiones, empezamos a hablar de agroecología, bioeconomía, resiliencia, innovación y gobernanza, quisimos hacer una introducción dinámica y participativa a los pilares de ABRIGUE”.

Tejiendo una red, que promete de punta a punta ser posible sólo con la unión de todos, y haciendo de las mesas redondas un espacio de conversación, los asistentes reconocieron quiénes son, qué hacen y hacia dónde les gustaría dirigir su transición como asociación productora. La “innovación” se hizo bandera y en los tableros se enlistaron las capacidades en las que les gustaría fortalecerse. Sin duda, las ideas florecidas como árboles se trazan a sacar este proyecto adelante porque tiene mucho potencial. Todo se puede aprovechar”. Con esto, Iván hacía referencia a “la cáscara, la almendra, la cacota y la pulpa” del copoazú, pero la metáfora acierta a lo que hoy construyen desde las Plataformas de Innovación del Proyecto ABRIGUE.

Para la memoria y el registro, una foto grupal dio por concluido el espacio. Con yogurt de canangucha en mano y conociendo un poco más sobre los desafíos tecnológicos en la transformación de los frutos amazónicos, finalizó la primera semana de la Agenda de Creación de las Plataformas de Innovación en Caquetá. El equipo técnico trabaja desde ya en el desarrollo de los próximos talleres con las temáticas mencionadas por los productores. La Asociación de Productores Agroforestales y Ambientales Alternativos Amazónicos - AHIDROCAV, la Asociación de Productores Agropecuarios de San José del Fragua - ASOAGROFRAN y la Asociación Agrícola de Cacaoteros de San José del Fragua - ASOACASAN, serán el siguiente eslabón en la cadena que apunta a convertirse en red territorial.


Sobre el Proyecto ABRIGUE

El Proyecto ABRIGUE: fortalecimiento que transforma, financiado a través de la Iniciativa DeSIRA de la Unión Europea, busca contribuir a la adaptación al cambio climático de comunidades rurales por medio del desarrollo e implementación de agroecología y bioeconomía circular en territorios prioritarios de frontera forestal y marina, y aportar a la reducción de la deforestación con un enfoque multiescala y multi-actor que fomente la creación de capacidades, investigación, cooperación y política. Durante su ejecución, ABRIGUE concentrará sus esfuerzos en el fomento de la innovación regional para el mejoramiento de producción agroecológica, el fortalecimiento de capacidades de los productores y sus organizaciones locales, el mejoramiento de cadenas de valor en cuanto a rentabilidad, resiliencia frente al cambio climático y su huella de carbono, y el desarrollo de capacidades, gobernanza y marco político al nivel nacional y regional; beneficiando a 4.182 familias rurales de los departamentos de Chocó, Meta y Caquetá.

Valentina Ruiz Niño
Comunicadora
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