08 de marzo de 2023. Bogotá, Colombia. Diversas historias de las comunidades indígenas cuentan que las mujeres eran semillas y sembraban directamente sus dedos en la tierra y en su cosmogonía se les reconoce como las Madres de las semillas y son fundamentales para conservar, cuidar y mantener las chagras a través de su conocimiento tradicional, la práctica de dietas y la transmisión de sus saberes ancestrales.
¿Qué son las chagras indígenas?
La principal fuente de subsistencia de los grupos indígenas en la Amazonia son las chagras. Se trata de áreas de cultivos transitorios que duran aproximadamente entre 2 a 3 años; los rastrojos que se generan posteriormente, al culminar la producción de las especies de periodo corto, y que permanecen durante la producción de los frutales, también son considerados por algunos grupos indígenas como chagras o chagras de animales.
“El sistema de chagras es un modo de policultivo, en apariencia sencillo, en torno al que giran las demás actividades productivas de la población indígena, pero que implica un manejo del tiempo, del espacio y de la identidad cultural que incrementa la complejidad del sistema”, se lee en el documento de investigación producido por el Programa de Dinámicas Socioambientales y culturales del Instituto SINCHI; La chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce.
La mujer y la chagra: la abundancia y el equilibrio de la Amazonia
Las mujeres en Colombia representan más de la mitad de la población, recuerda el Departamento Nacional de Planeación que en el Plan Nacional de Desarrollo 2022 - 2026 del actual gobierno que orienta las metas nacionales, “las mujeres serán el centro de la política de la vida y de las transformaciones de nuestra sociedad. Las mujeres han sido históricamente tejedoras de la paz, guardianas del agua y defensoras del territorio y de la vida. Sin embargo, persisten las violencias y las discriminaciones”.
Ismenia Martínez, indígena Carapana. Comunidad indígena de Ceima Cachivera, Gran Resguardo indígena de Vaupes.
Para María Celina Suárez, quien con un grupo de mujeres conformó la Asociación de Mujeres Indígenas Trabajadoras de la Libertad, en Mitú, Vaupés su trabajo en la chagra es principal para su familia y su comunidad, “´Para ustedes los occidentales tener un almacén grande es sinónimo de riqueza, para nosotras las mujeres indígenas que tenga una hectárea o un cuarto de hectárea de chagra con variedades es una mujer rica, cuando trabajamos damos alimento a la familia y la comunidad. Nosotras somos incansables en el trabajo de la chagra”, explica.
María Celina Suárez, Asociación de Mujeres Indígenas Trabajadoras de la Libertad, en Mitú, Vaupés.
Para José Esteban Valencia, indígena perteneciente a la etnia macuna, en Mitú Vaupés, la protección de la mujer chagrera es principal, “la mujer no solo va a la chagra a cultivar para tener buena producción, ella es la que nos da la vida a nosotros, sin ella no existe nada. Nuestro trabajo tiene que ser por proteger su sabiduría ancestral para que no se enfermen, protegerlas a ellas como a la naturaleza, por eso en temas como el crecimiento, desarrollo, parto y menstruación tenemos mucho que ver los hombres para que ellas sean parte de nuestra vida, de nuestras danzas, porque con ella hacemos nuestros rituales, sin ellas no hay nada”, afirmó durante una de las conferencias sobre la chagra en el marco del VII Encuentro de Saberes y Sabores del Instituto SINCHI en el departamento del Vaupés el año pasado.
Seguridad alimentaria: en manos de mujeres y hombres
En la actualidad, el ejercicio de la chagra mantiene su técnica básica en el establecimiento, mantenimiento y aprovechamiento; “sin embargo, su fundamento tradicional se ha visto opacado por el rumbo comercial al cual se le está dirigiendo y por el distanciamiento progresivo de las nuevas generaciones de su práctica y utilización” alerta el estudio de caso de la chagra de la Gente de Centro, Resguardo Indígena de Monochoa Moniya Ringo -que en lengua de la etnia uitoto significa mujer de abundancia- y que fue realizado por el Instituto SINCHI gracias a un proceso de consulta, identificación y priorización de líneas de acción con los pueblos indígenas del medio río Caquetá en 2017.
Mujeres indígenas exponen sus conocimientos ancestrales en el VII Encuentro de Saberes y Sabores del Instituto SINCHI, Vaupés, Colombia 2022.
“La Chagra no es solo producir y sembrar para traer la comida es el sitio donde uno le enseña a los hijos y a las hijas y transmite su conocimiento. El hombre hace igual en el ámbito de la cacería, la pesca, ellos le enseñan a los varones. ¿Cómo vamos a compartir en una comunidad si no tenemos alimento? Todo lo que comemos sale de nuestro cultivo y en especial la yuca brava, tantos alimentos que a nosotros nos favorecen”, afirma Suárez.
Así bien, el papel que desempeñan las mujeres chagreras, es una fortaleza que debe ser aprovechada y reforzada, ya que sus conocimientos sobre semillas, técnicas de siembra, mantenimiento y transformación de los productos cultivados, entre otros, son de vital trascendencia para la seguridad alimentaria como también para el sostenimiento de la estructura social, y conservación de los valores culturales, de la agrobiodiversidad amazónica, y de los flujos de materia, energía e información a nivel de la biósfera –atmósfera.
Sobre el Instituto SINCHI
Somos una entidad de investigación científica de alto nivel comprometida con la generación de conocimiento, la innovación y transferencia de tecnología, la difusión y la apropiación social sobre la realidad biológica, cultural ecológica y social de la Amazonia colombiana con el propósito de satisfacer las necesidades y expectativas de los grupos de interés para el desarrollo sostenible y la gestión integral del territorio, para lo cual contamos con talento humano calificado y con una infraestructura de investigación acorde con los desafíos ambientales.