“La capacidad para asegurar el autocuidado y la reproducción se refiere a todas las condiciones necesarias que permiten la reproducción adecuada y diferencial de los individuos en una sociedad indígena. Se define como la posibilidad de tener y practicar los conocimientos y valores que permitan mantener y garantizar un ambiente sano en las comunidades. Se consideran las versiones locales de salud y enfermedad, derivadas de las relaciones con el medio ambiente, en las que un desequilibrio generado por un uso y manejo inadecuados propicia ciertos desórdenes sociales que se reflejan en la existencia de enfermedades en las comunidades.
Esta capacidad refleja las posibilidades con las que cuentan los individuos en una sociedad indígena, de mantenerse bien física y mentalmente. El autocuidado incluye el derecho a escoger un estado de bienestar, en términos de las prácticas a las que se tiene acceso para el mantenimiento de la salud. No obstante, el autocuidado implica también la sostenibilidad de los espacios naturales de los que se hace parte o con los que se establecen relaciones de uso y manejo. La libertad de escoger un nivel adecuado de uso, manejo y aprovechamiento de los recursos ofrecidos por la naturaleza, acatando las prácticas y principios que sostienen la abundancia, expresa de mejor manera la idea de bienestar de los modos de vida indígena.” (Acosta, García, Dubois, 2016).