El desarrollo de una cadena de valor con productos silvestres como el Asaí, la Canangucha y el Milpesos en el corregimiento de la Pedrera supone una buena oportunidad para generar alternativas económicas comunitarias, sostenibles y rentables para la región. La diversificación del uso del bosque a través de productos no maderables permite empezar a cambiar las lógicas de explotación en el Amazonas, potenciar la conservación y manejo sostenible del bosque y valorizar el territorio, sus productos y sus pobladores. Para alcanzar este horizonte, son tan importantes las características biológicas y ambientales del territorio, como las características sociales y organizativas de la población. Es en este sentido que el proyecto busca fortalecer las organizaciones de base para que sean capaces de garantizar la continuidad y sostenibilidad del proyecto a largo plazo.
ASOMEPED cuenta con 14 mujeres cabezas de hogar de diversos orígenes (yucunas, cubeos, mirañas, carijonas o mestizos) que trabajan para generar una mejor calidad de vida para ellas, para sus familias y para el corregimiento. Su poder adquisitivo y capacidad de ahorro son limitadas y la mayoría mantiene varias ocupaciones que diversifican sus posibles ingresos. Son amas de casa, pero también cocineras, contratistas, costureras o chagreras que viven al día, de su propio trabajo y con la satisfacción de cuidar a sus familias según sus propios valores y aspiraciones.
En Madroño, viven 11 familias unidas por la alianzas, compadrazgos y por el vasto territorio compartido. La ausencia de servicios básicos de energía, agua o saneamiento no les impide trabajar conjuntamente para mejorar sus condiciones de vida. Son agricultores, pescadores, recolectores y cazadores de orígenes y tradiciones diversas (yucunas, cubeos, matapís, tanimucas y mestizos) que producen más del 50% de sus productos para el autoconsumo.
Villa Marcela es la última población antes de cruzar a Brasil por el río Caquetá. Allí viven 9 familias arribadas de diferentes departamentos de la Amazonia colombiana en busca de tierra, trabajo y tranquilidad para cuidar y multiplicar sus familias. También aquí hay una gran carencia de servicios básicos que los pobladores resuelven de con sus propios medios y con alianzas con el pueblo brasilero de Villa Betancourt con quienes mantienen buenas relaciones comerciales y proporciona salud y educación para sus hijos.
Los tres grupos están ahora unidos por el objetivo común de aprovechar los recursos del bosque a través de un manejo sostenible que permita mostrar las riquezas del territorio y generar una alternativa productiva que fortalezca su autonomía y condiciones de vida.